domingo, 4 de noviembre de 2007

Mis canciones apestan


Es triste cuando uno se cree que hace una canción que cree que está buena y después se dá cuenta que era una mierda. Lo lógico sería decir: -... mmm parece que está buena, pero seguro que va a quedar como el orto. La indiferencia (en este sentido) tiene dos lados, uno bueno y otro malo. El bueno es que como me importan tres carajo los temas, obviamente no me quedan registros de las grabaciones y los ensayos, etc. Lo malo es que poray cuando estás en la casa de algún amigo quizás te sacuda con algún tema tuyo y uno diga, nooooo que garrón pensé que no lo tenía nadie, y ahi están todas las partes desafinadas, la mezcla horrible, el sonido a batería sintetizada, todo lo uno no quería que existiese, pero en el momento me hacía ilusión. Es muy complicado, si tocás solo sos un papanatas que no tiene ni norte ni sur, y si tocás con mucha gente nunca se logra llegar a buen puerto, a menos que uno decida convertirse en un nazi asqueroso, lo cual trae por consecuencia que te quedes solo, y así todo. Mejor esperarse tranquilo a que llegué un jugoso contrato discografico, para rechazarlo al instante diciendo: -Gracias ché, pero no me dá la zaviola pa grabar un disco como vos querés. -y el tipo te dice:
-No, pero vos tenés que bailar nada mas.

2 comentarios:

Marcelo Perez de Adelina dijo...

Poti: tus canciones me hacen feliz, así que no puedo aceptar que digas que me hace feliz cualquier verga. Yo no se, pero hay canciones que serían la envidia y la alegría de muchos, si las conocieran. Pero parece que la heroicidad, lo realmente heroico de todo esto, es poder pasar desapercibido. El famoso caballo de Troya.

Ver, para más información, Dr. Pasavento.
www.chequeesperas.blogspot.com

Dermo Poti dijo...

thanks, chelín.